sábado, 31 de diciembre de 2011

La Revolución Interior - La Revolución del Cerebro

Los hallazgos sobre el cerebro podrían suponer “la cuarta humillación humana”

 afirma el neurocientífico Francisco J. Rubia

 

El pasado 10 de septiembre, el neurocientífico Francisco J. Rubia, Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, dictó la siguiente conferencia, dentro del marco del 43º Congreso de la European Brain and Behaviour Society de Sevilla, sobre los últimos avances de la neurociencia. 

  Según Rubia, los hallazgos realizados en este campo en los últimos años han sido múltiples y podrían producir lo que él denomina “la cuarta humillación humana”,  tras el final del geocentrismo, la aparición de la teoría de la evolución y el descubrimiento del inconsciente.

Estos hallazgos llevarían, de hecho, a cuestionarse conceptos tan fundamentales  para nuestra cosmovisión como "la naturaleza de la realidad o del yo"   o   "la existencia del libre albedrío."

¿Con qué reglas trabaja el cerebro; ¿cómo refleja así el mundo,  de manera que la percepción inmediata y la experiencia pasada se fundan? ;
¿cómo la acción interna se vive como su acción y cómo planifica las acciones futuras? ,

todo esto seguimos sin entenderlo

Aparte de esto, queda por conocer lo más importante: ¿cómo se pasa de las descargas neuronales a la consciencia? ;
con otras palabras, ¿cómo es el paso de lo objetivo a lo subjetivo?,
algo que se considera por muchos autores el problema más difícil en neurociencia.

Es el antiguo enigma de la relación cerebro-mente.

Pero todo esto, como dije anteriormente, pertenece a lo que podíamos llamar la revolución neurocientífica objetiva, mientras que lo que, a mi juicio, es más relevante es lo que denomino revolución neurocientífica subjetiva, de la que trataremos a continuación.

La revolución neurocientífica que está poniendo en entredicho convicciones tan firmes como:  la existencia del yo, la realidad exterior

o,  la voluntad libre.

Los órganos de los sentidos nos han engañado desde siempre,  y lo sabemos, como ya lo sabían los filósofos griegos de la naturaleza de las colonias jónicas en Asia Menor.
La neurociencia moderna nos dice que ni los colores ni los olores, ni los gustos ni los sonidos existen en la naturaleza, sino que son creaciones del cerebro
. Sin embargo, ¿quién no está convencido de que esas ‘proyecciones’ del cerebro no son tales y que las cualidades de los órganos de los sentidos son parte de la realidad que percibimos?
El filósofo inglés Charli Broad decía que el cerebro es como una válvula reductora que filtraba el inmenso caudal de datos que fluía desde los órganos de los sentidos al cerebro.

Además, los propios órganos de los sentidos perciben sólo una pequeña parte de la realidad.

Por eso, desde el punto de vista neurofisiológico, llamar realidad a lo que percibimos es completamente inadecuado y sin sentido.

En el Libro tibetano de la Gran Liberación, también llamado Bardo Thodol, encontramos la frase siguiente: 

 

“La materia se deriva de la mente o consciencia y no la mente o consciencia de la materia”.

 

Por cierto, en fìsica cuántica se conoce que el acto de observar un fenómeno afecta a lo que se está observando, algo similar a lo que sabemos que hace el cerebro durante la percepción.

Llama la atención, el hecho de que tenemos unos cien millones de receptores sensoriales frente a unos diez billones de sinapsis en nuestro sistema nervioso, lo que interpreta como que somos 100.000 veces más receptivos a lo que ocurre dentro de nuestro cerebro que a las informaciones procedentes de los órganos de los sentidos.

El descubridor de la dietilamida del ácido lisérgico, LSD, Albert Hoffmann, fallecido hace sólo tres años a la edad de 102 años, decía:

“Reconocí que todo mi mundo se basaba en mis vivencias subjetivas, que estaba dentro de mí y no fuera”..



lsd, subjetivo
     
basado en :

http://jk221b.wordpress.com/2011/12/29/la-revolucion-neurocientifica-modificara-los-conceptos-del-yo-y-de-la-realidad-2/